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LOS REINOS DE ÖSÁRNUR: II

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II — Brenzac, ¿cómo se encuentran tus padres? Últimamente no los he visto mucho por el castillo. Brenzac no podía dejar de pensar en su familia. ¿Qué opinarían de la carta que les había dejado escrita? — Se encuentran bien. Estos últimos días han faltado varias veces al trabajo, mi hermano pequeño, Gurdon, ha estado enfermo, pero creemos que han dado con la cura. — ¡Vaya! No sabía nada al respecto. — No pasa nada Dorton, lo hemos intentado mantener en secreto, ya sabes que a mi familia no le gusta que la traten con pena. Brenzac era el segundo de cuatro hermanos. Cuando fue lo suficientemente mayor comenzó a ayudar a sus padres en las labores del campo, cuidaba los animales y se encargaba de sus dos hermanos pequeños. Al cumplir la mayoría de edad, Brenzac quería trabajar fuera de casa y aportar economía al hogar, por lo que solicitó un puesto de trabajo como siervo del Rey. Pronto se ganó la confianza de éste y fue ascendiendo poco a poco, hasta que Maldon le ofr

LOS REINOS DE ÖSÁRNUR: I

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I Todavía era noche cerrada en Etris cuando Dorton llamó a su puerta. Brenzac, ataviado con sus ropas de viaje, estaba esperándolo con un té humeante en la mesa. La morada en la que vivía carecía de lujos, pues una familia de sirvientes no podía permitirse otra cosa. A pesar de ello era un hogar, uno de esos que era casi imposible encontrar en el reino. Brenzac vivía con sus padres y sus hermanos, dos más pequeños que él y una hermana mayor a la que adoraba. Aquella noche, por cuestiones laborales, sus padres y su hermana estaban fuera de casa, tan solo sus dos pequeños hermanos se encontraban en ella y, a aquellas horas, estaban durmiendo. Brenzac se preguntaba qué pensarían sus padres cuando volviesen del trabajo y él no se encontrase allí, dejando a sus hermanos solos. No había querido contarles nada acerca de la misión que el Rey le había encomendado, no lo entenderían. "Demasiado peligroso" diría su madre, "no serás capaz" añadiría su padre, &

LOS REINOS DE ÖSÁRNUR: Prólogo

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PRÓLOGO Unos fuertes golpes en la puerta le despertaron. — ¿Qué demonios...? — Otra vez aporrearon la puerta. Aquella mañana no esperaba a nadie, así que no se levantó, pero los golpes insistían. Tras una breve pausa, los golpes se reanudaron, esta vez acompañados de una voz fuerte y grave: — ¡Brenzac, sabemos que estás ahí, abre la puerta en nombre del Rey! Al escuchar estas palabras del capitán de la guardia del Rey no le quedó más opción que levantarse y abrir. Tras la puerta se encontraba un escuadrón de soldados de palacio, sin duda el Rey lo reclamaba y debía ser algo importante, ya que el número de soldados que se personaron en su puerta escapaba de su entendimiento. Se vistió con su ropa de trabajo, unos pantalones negros y una camiseta blanca bastante agujereada, otro día más llegaba tarde. Quizás la visita de los soldados se debía a su mala puntualidad, pero no era algo usual que la guardia del Rey se personase en casa de un siervo para llevarlo a su p

NO ES NO

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NO ES NO No quiero volver a acelerar el paso, cuando vuelvo sola a casa y escucho pasos a mi espalda. No quiero volver a mirar a todos los lados, cuando llego y voy a abrir el portal. No quiero volver a escuchar  que alguien me dice algo y ni siquiera me conoce. No quiero volver a tener miedo, cuando se esconde el sol y no veo más allá de la próxima farola. No quiero ser la próxima, la que no llega a casa, la que no llega a abrir el portal, la que no sabe quien le habla, la que no vuelve a ver más. Sólo quiero ser libre, una persona sin miedo, que pueda salir y entrar cuando quiera, que pueda andar sola por la calle, sabiendo que va a llegar a casa, que va a abrir el portal, sea la hora que sea. Porque no es no, y yo sí te creo. Porque somos personas,  libres, pero con miedo. Porque el mundo se va a la mierda, y la sociedad con él, y nosotras tenemos que salvarlo.

SOMOS

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SOMOS Somos veletas, creadas para ser manejadas por hilos transparentes. Somos marionetas esculpidas a imagen y semejanza de las imaginaciones de nuestros creadores. Somos todo y no somo nada. Y ellos no serían nada sin nosotros. Somos los títeres de esta obra de teatro.

EN MI CAMA NO ENTRA LUZ

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Hoy tengo una sensación extraña. Anoche hubo eclipse de luna. Y con él se desvaneció el universo. La estrella más brillante se apagó. En otras partes del mundo no se pudo ver. En mi habitación era claro. La noche era oscura y yo me apagué con ella. Hay muchas estrellas en el cielo pero no puedo verlas. La quería a ella y desapareció. Hoy he vuelto a mirar la luna. Sigue escondida. Quizás, algún día, vuelva a salir para mi. De momento en mi cama no entra luz.

MIS MONSTRUOS

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  Era una noche fría como mi cama. Tú vestías con tu mejor sonrisa. Yo, con todos mis miedos. Cogí mi telescopio y te miré. Observé la estrella más hermonsa del firmamento. Brillabas con luz propia y desprensías un calor especial. No hubo cena romántica. En aquel pub me estrellé contra tu vaso. Quería beber de ti, pero mis monstruos me sujetaban. Creo que se quedaron en aquel pub, emborrachándose a mi costa. No fue en el lugar más bonito, pero sí en el ambiente más cálido. Te aprovechaste de la ausencia de mis monstruos. Te acercaste y me besaste. Me invitaste a dar un paseo por tu universo. Y joder, ¡qué bonito era! Ahora sueño con aquellos paisajes. Quiero un billete de ida sin retorno.

MI MUSA

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MI MUSA Me dices que quieres ser mi musa, que escriba algo para ti. Pero las palabras no pueden describir tan dulce esplendor. ¿Alguien ha visto mis monstruos? Creo que los he perdido, o a lo mejor los has espantado. A lo mejor me has hecho entender que la vida no se compone de blanco y negro, que existe el verde esperanza. A lo mejor, simplemente, el destino me deparaba alguien como tú. Las musas no se eligen, las musas vienen y van, aparecen de la nada y se esfuman de un soplido. Has aparecido y no sopla aire.

PODRÉ ESTAR AHÍ

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PODRÉ ESTAR AHÍ De mi yo pasado a mi yo presente. Crees que mucho he cambiado, pero sigo siendo tú. Sigo siendo aquel mar de sueños, de esperanzas que no se perderán. Sigo mirando las estrellas, en el capó de aquel coche, aquellas que con tus deseos, te han hecho llegar. Llegar a donde querías estar, a ese lugar que soñabas, el que tanto te ha costado alcanzar. Que bonito cumplir sueños, que bonito verte feliz, que lejos estoy aún de eso, que bonito saber que podré estar ahí. Porque los sueños se cumplen con pasión, la que pones en todas tus hazañas, que vivan los grandes luchadores, que sólo ellos logran triunfar. Y es verdad que algo he cambiado, pero sigo siendo tú. Sigo siendo aquel horizonte, que no encontraba su final. Y aunque ahora está encaminado, y está a punto de llegar, tiene un gran recorrido por delante, para alcanzar la felicidad.

ALGO HAS CAMBIADO

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ALGO HAS CAMBIADO A mi yo del pasado. Te observo en la distancia, ha pasado mucho tiempo pero apenas has cambiado. Recuerdo aquellas noches de verano, escribiendo poesía, como esta que tienes en tus manos. Teníamos muchos sueños por cumplir, y otros muchos incumplidos. Pero seguimos adelante, luchando por todo lo construido. Recuerdo aquellas noches de primavera, en el capó del coche, pidiendo deseos a las estrellas. Cuanta paz se respiraba, aquello era vivir. Y hoy queda muy poco de eso, la vida ha pasado, has seguido adelante con tus sueños, y aunque algo has cambiado nada te ha hecho renunciar a ellos.